Ponemos las almejas a limpiar en un bol grande con agua y sal para que se depuren de arena. Deberían estar 24 horas a temperatura ambiente e ir cambiando el agua para quitar la arena unas tres veces.
Ponemos las fabes a remojo durante 10/12 horas en agua fría.
Manos a la masa, vamos a empezar picando la cebolla en trozos muy finos.
Escurrimos las fabes y las añadimos dentro de la olla lenta con la cebolla picada y las dos hojas de laurel.
Cubrimos las fabes con agua más o menos un dedo por encima y añadimos una pizca de sal.
Programamos la slow cooker durante 6 horas 30 minutos en Baja (low).
Una vez que haya terminado la cocción y si encontramos que está muy aguado el guiso, lo ideas es retirar parte del líquido y reducirlo en una olla aparte a fuego alto, aunque podemos utilizar un buen truco que es separar unas cuantas judías, aplastarlas dentro del caldo que hemos separado y mover hasta que espese el caldo y de esta manera lo podemos volver a introducir dentro de la olla con el resto de la preparación, así vamos a conseguir dar consistencia a la receta.
Una vez terminado con este paso, dejamos las fabes que reposen durante 2 horas, con esto conseguimos que el caldo siga espesando y que aporte mas cuerpo y más sabor.
Después del reposo del guerrero, solo tenemos que volver a calentar las fabes durante 1 hora en Alta (High).
Justo antes de que vayamos a servir, picamos los ajos en trozos muy pequeños y los introducimos en una sartén con las dos cucharadas de aceite de oliva para que empiecen a pocharse, justo antes de que empiecen a coger color vamos a añadir las almejas que anteriormente hemos escurrido.
Agregamos el vino blanco y dejamos que se vayan abriendo con el calor. Cuando lleven 5 minutos cocinando, regamos con el caldo de pescado, añadimos el perejil picado y la pizca de sal.
Dejamos que se cocinen hasta que casi todas las almejas estén abiertas. Retiramos las almejas que no se hayan abierto y las tiramos, ya que no es aconsejable consumirlas.
Una vez que las almejas ya se han cocinado, introducimos las almejas dentro de la slow cooker y el jugo que tienes dentro de la sartén lo reducimos para posteriormente añadirlo a la olla lenta.
Para terminar este magnífico plato y darle el toque definitivo, tenemos que remover todos los ingredientes suavemente de esta manera, conseguiremos que se mezclen todos los sabores y se unan bien, la mejor manera de hacerlo es cogiendo la olla por las asas e ir removiendo despacio con movimientos circulares. Ojo que dependiendo del modelo las asas pueden estar calientes, coge unos paños para no quemarte.
Rectificamos el punto de sal si fuese necesario y ya solo queda servir muy caliente y disfrutar de un plato tradicional e irresistible.